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ARGENTINA ABRIRÁ LA PRIMERA PLANTA DE BATERÍAS DE LITIO DE LATINOAMÉRICA EN 2023

fabrica de baterias de litio

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La planta se encuentra ubicada en predio del Polo Productivo Tecnológico «Jorge Alberto Sabato», que la UNLP posee en diagonal 113 entre 64 y 66, en La Plata.

La primera Planta Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio, creada por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) e Y-TEC, la empresa de tecnología de YPF y el CONICET, con el apoyo del del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, comenzará a funcionar en el primer trimestre de 2023.

Así lo confirmó a Télam Javier Díaz, el secretario de Vinculación e Innovación Tecnológica de esa casa de estudios, quien explicó que en la actualidad se trabaja en la instalación de un total de 115 toneladas de equipamiento tecnológico proveniente de China para poner en marcha la UniLiB, donde se fabricarán celdas y baterías de litio y se desarrollarán sistemas de almacenamiento de energía más eficientes, limpios y ligeros.

La obra civil del edificio que albergará la planta estuvo a cargo de la propia Universidad y su construcción finalizó meses atrás, mientras que la adquisición del equipamiento tecnológico estuvo a cargo de Y-TEC, con apoyo del Ministerio de Ciencia.

En el edificio, que cuenta con una superficie de 1650 m2, actualmente se trabaja en la instalación y montaje de más de 70 máquinas provenientes de China, que incluyen mixers, hornos, cicladores, cutting/stack, deshumidificadores y dos prensas.

Una vez culminada esta instancia, se iniciará un período de pruebas y UniLib estará lista para comenzar a operar.

«Se están instalando las máquinas. Es un montaje especial porque equipos funcionan con temperaturas y humedad muy controladas, por lo que se están armando las salas secas con controles para ello», explicó Díaz a esta agencia y señaló que, tras ese paso, entre la segunda quincena de febrero y la primera de marzo «vendrán técnicos de China a hacer las pruebas».

Subrayó que ante esos profesionales se realizarán «tres turnos consecutivos para producir entre 300 y 500 celdas» e indicó que si ello sale bien, «ya después podremos poner la planta en funcionamiento y empezaremos a producir».

Así, destacó la importancia de «poner en valor todo el conocimiento y los recursos humanos que tenemos en el país, con los que se puede diseñar, montar, capacitar profesionales y operarios para tener esta primera planta en el país» y remarcó que se le dará «valor agregado al litio para no sólo exportarlo como materia prima sino hacer una cadena industrial a partir de eso».

«Es algo que genera empleo de calidad. El litio multiplica su valor por 100 al estar industrializado», completó.

La creación de la primera Planta de Celdas y Baterías de Litio comenzó a gestarse hace más de dos años por iniciativa de la Presidencia de la UNLP, por entonces encabezada por el actual vicepresidente Fernando Tauber, el Ministerio de Ciencia y la empresa Y-TEC. En aquella época se firmó el primer memorándum de entendimiento para la creación de UniLiB.

En ese sentido, Tauber dijo a Télam: «Nuestra Universidad es parte de un hecho histórico. La agenda científica tecnológica de la UNLP está a la vanguardia del desarrollo nacional y de la agenda social de nuestro país» y añadió: «esto es una clara muestra del modelo de Universidad reformista que queremos: involucrada y comprometida con la actividad académica, el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la producción industrial».

En tanto, el presidente de la UNLP, Martín López Armengol, subrayó que «se trata de un acontecimiento sumamente trascendente para nuestra Universidad porque la ubica a la cabeza del proceso de cambio de paradigma respecto a la utilización de nuestros recursos naturales».

«Tener en nuestra ciudad una fábrica nacional de celdas y baterías de litio no es sólo un hecho vinculado a la actividad productiva, tiene que ver con un aporte de la propia UNLP a una política de Estado en materia energética que debe ser central de aquí en adelante», dijo.

Una vez completada esta etapa, la planta tendrá una capacidad de producción anual -medida en energía almacenada- de 13 MWh, equivalente a 1000 baterías para almacenamiento estacionario de energías renovables o unas 50 para colectivos eléctricos.

La puesta en marcha de la fábrica demandó una inversión total de 7 millones de dólares: 5,5 millones corresponden a la obra civil, maquinaria y la producción de materiales de electrodos (MINCyT 1.5 MM, la Universidad Nacional de la Plata 2 MM, Y-TEC 2 MM).

Además, Y-TEC instaló en su sede la primera planta piloto del país para la producción de celdas y hoy es la única empresa con capacidad para probar nuevos materiales en celdas prototipo de litio en formato comercial.

En cuanto a recursos humanos, la provincia de Buenos Aires otorgó un subsidio especial para la capacitación del personal que trabajará en la fábrica. La Escuela de Oficios de la UNLP capacitó a una primera tanda de operarios para la fase inicial de puesta en marcha de la planta, quienes serán miembros de la carrera de personal de apoyo del Conicet

El proyecto es una apuesta estratégica para desagregar el paquete tecnológico respecto al diseño y la fabricación de las celdas y baterías, y generar las condiciones propicias para realizar transferencias tecnológicas a pymes empresas nacionales y provinciales interesadas en la fabricación de baterías de litio.

El litio, el metal más liviano de la Tabla Periódica, fue descubierto en 1817. Más de 200 años después logró transformarse en protagonista excluyente de la actual revolución tecnológica a partir de su utilidad para el desarrollo de baterías para dispositivos móviles como celulares, tablets y laptops, y dio un impulso vital a la aparición de vehículos híbridos y eléctricos.

Pero, hasta el momento, el negocio del litio en Argentina se limita a la exportación de dos productos: el carbonato de litio (equivale al 93% de las exportaciones) y el cloruro de litio. Más allá del proceso de obtención del carbonato de litio de la salmuera, no existe ningún producto industrializado después de este proceso.

A pesar de ser uno de los principales productores mundiales, nuestro país no contaba hasta ahora con una alternativa soberana para el aprovechamiento integral del recurso natural a través del desarrollo tecnológico de la industria nacional.

En el norte del territorio argentino se asienta una de las mayores reservas de litíferas del planeta, lo que ubica a nuestro país en el cuarto lugar entre los principales productores de litio a escala global. Conforma, junto a Chile y Bolivia el denominado Triángulo del Litio, en cuya geografía sobresalen el Salar de Hombre Muerto de nuestro país, el de Atacama, en Chile y el de Uyuni, en Bolivia.

Como si se tratara de un territorio especialmente bendecido por la naturaleza, los salares de estos tres países concentran el 85% de las reservas de litio de fácil extracción del planeta.

Con más de 870.000 hectáreas disponibles para explotación – según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS)-, las reservas nacionales de litio se concentran en tres provincias: Catamarca (Salar de Hombre Muerto, Salar de Antofalla), Salta (Salar del Rincón) y Jujuy (Salar de Olaroz, Salar de Cauchari). Se estima que allí se esconde entre el 10 y 12 por ciento del total de las reservas del mundo. Un verdadero tesoro de oro blanco sumergido en las entrañas de la Puna Argentina, que puede transformarse en una millonaria fuente de ingresos.

Entre cálculos y proyectos, el futuro del oro blanco en nuestro país parece no encontrar su techo. Según estimaciones de distintos especialistas, se calcula que la capacidad extractiva a nivel local podría alcanzar pronto casi las 200 mil toneladas anuales, lo que equivale a quintuplicar la producción actual.

La demanda es impulsada no sólo por el fuerte incremento en la fabricación de baterías de la mano de las grandes automotrices, sino por su utilidad en la industria cerámica, del vidrio, en la elaboración de grasas y aceites resistentes al calor, polímeros, elaboración de medicamentos, en aleaciones livianas junto aluminio y cobre -especialmente para la industria aeronáutica.

También es valorado como combustible nuclear en reactores de fusión nuclear (fusión de núcleos livianos), tecnología que aún está en desarrollo.

Por Juliana Ricaldoni

FUENTE: TÉLAM

 

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