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El lapidario informe producido por expertos de la ONU sobre los efectos devastadores del calentamiento global provocará, según los analistas, que en la próxima cumbre del clima COP26 en Glasgow, que se llevará a cabo en poco menos de tres meses, se adopten medidas más drásticas que en cumbres anteriores, donde las presiones de alguna potencias, como Estados Unidos por ejemplo, terminan presionando para que las decisiones sean demasiadas conservadoras.
Una de las medidas que se esperan es imponer cada vez más restricciones al uso de combustibles fósiles, e incluso una fecha tope para dejar de utilizarlos, y la promoción de energías limpias. La nueva tendencia tiene, como se comprenderá, consecuencias directas sobre la economía global y las economías de cada una de las naciones.
En Argentina, el epicentro de la producción de combustibles fósiles es, en estos momentos, Vaca Muerta, el yacimiento petrolífero y gasífero ubicado en la provincia de Neuquén. Pero su importancia irá decayendo a medida que se vaya consolidando un nuevo modelo de producción.
La automotriz es una de las ramas de la industria con mayor dinamismo, y está atravesada por esta dicotomía. La producción de vehículos movidos por combustibles fósiles irá perdiendo espacio frente a los vehículos eléctricos con baterías de litio. Esos últimos avanzan en el mercado de automóviles rápidamente, pero la incidencia todavía es escasa. En Europa, por ejemplo, los autos eléctricos representaron el 5% del total vendido el año pasado. Pero cada año el porcentaje se amplía un poco más.
De modo que la transformación en los modelos productivos hará, seguramente, que el foco de atención se traslade progresivamente desde Vaca Muerta a Catamarca, Salta y Jujuy, las provincias argentinas que están insertas en el denominado triángulo del litio, que abarca parte de nuestro país, Bolivia y Chile.
El litio es, entonces, cada vez más un mineral estratégico, clave para la transformación de la matriz energética mundial, excediendo largamente, por cierto, al impacto en la industria automotriz. El 85% de las reservas de litio de fácil extracción del planeta están concentradas en los tres países mencionados. Pero el negocio para nuestros países no es la venta del litio sin procesar, el mineral, sino las baterías de iones de litio que también tienen una función clave: pueden almacenar la energía eléctrica de fuentes renovables. Para ello se requiere de una alianza entre Argentina, Bolivia y Chile para la producción, industrialización y comercialización del litio transformado en baterías.
Resulta esencial, en consecuencia, diseñar un plan estratégico para el aprovechamiento de una oportunidad histórica, lo cual requiere de la necesaria articulación entre los diferentes niveles de gobierno y entre éstos y la comunidad, para que la explotación del litio tenga los estándares de calidad ambiental y de rédito económico, imprescindibles para lograr la licencia social en la materia.
FUENTE: EL ANCASTI