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La minera Lithium Americas Corp adquirió a principios de año el Proyecto Pastos Grandes con una inversión prevista de 450 millones de dólares. Lo hizo a través de ofertas elevadas a otras compañías que operan entre Salta y Jujuy.
Lithium es una sociedad listada en Toronto y Nueva York, con activos del mineral en varias partes del mundo. En Argentina posee el 49% del proyecto Cauchari-Olaroz, en Jujuy, que se encuentra en construcción con un avance del 92% para producir 40 mil toneladas por año.
En Salta posee el que adquirió a Millennial Lithium a principios de este año en Pastos Grandes, en Los Andes, y donde la proyección es de 25 mil toneladas anuales de carbonato de litio de alta calidad, por un lapso de vida útil de 40 años.
Ignacio Celorrio es el presidente del proyecto de Lithium Corps y en una charla con El Tribuno habló sobre las actuales condiciones económicas del país y la actividad minera.
Celorrio tiene más de 25 años de experiencia asesorando a clientes internacionales en asuntos legales e institucionales del sector. A través de su práctica, se ha comprometido con autoridades federales y provinciales, ONG y otros participantes de la sociedad civil en todas las provincias mineras argentinas, así como con varias instituciones canadienses y australianas.
Además de varias asociaciones legales, Celorrio fue miembro del Directorio de CAEM (Cámara Argentina de Empresarios Mineros) durante diez años y participante directo de la mayoría de las asociaciones de empresas mineras del país. Su amplia práctica académica incluye títulos de la Universidad Católica Argentina, la Universidad Austral y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, actualmente es Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad del Museo Social Argentino. También ha sido incluido en varias listas de los mejores abogados por excelencia en el servicio de Chambers & Partners, Best Lawyers y Who’s Who Legal Mining y en la lista de 40 abogados argentinos.
¿Cual es la razón por la cual Lithium compró el Proyecto Pastos Grandes a Millennial?
Hay varias razones. La primera fue una oportunidad. Entendemos que la valoración de activos del litio sufrió cambios muy grandes y los proyectos se volvieron más atractivos en los últimos años. Salta es una jurisdicción muy valorada para estas iniciativas y los análisis de los estudios técnicos nos dieron que hay un potencial no tan grande como Cauchari, pero con una calidad muy buena y un tipo de salmuera que se puede llevar a la industrialización para ciertos productos que están teniendo alta demanda. Había una puja entre varias compañías, hicimos una oferta superadora y pudimos comprar el proyecto. El plan es que a partir de nuestra experiencia en la etapa construcción, logremos llegar a la producción en un plazo de 12 a 18 meses.
¿Cómo han afectado al proyecto las actuales condiciones económicas en el país?
Las inversiones de este tipo tienen varios condicionantes. Hay cuestiones técnicas, políticas y sociales para esto, pero si están dadas las condiciones, te animás a llevar adelante la inversión. Siempre las condiciones macroeconómicas te hacen más fácil la construcción del proyecto, pero no es el único condicionante. La macro incide en las inversiones, pero no es una limitante, sino, no habría más inversiones. No es tan fácil encontrar buenos proyectos y Argentina te da un marco de seguridad respecto de la titularidad de la propiedad minera y eso es alentador para llevar adelante las iniciativas. El análisis de riesgo en las inversiones establece jurisdicciones que te dan esa ventaja.
Los últimos anuncios económicos buscan la inyección de dólares, pero ponen trabas a la salida de esas divisas del país. Desde el punto de vista de las inversiones, ¿no ven esta postura como una contradicción ideológica?
No creo que sea un problema ideológico. Las restricciones al mercado de cambio son una situación de coyuntura. No quiero entrar en el debate de un tema político, pero nadie que haya impuesto restricciones cambiarias lo consideró como una medida aplicada en forma permanente y ad eternum. De hecho las restricciones cambiarias las pusieron gobiernos de signos políticos muy distintos por las obligaciones de la coyuntura. Obviamente que la extensión en el tiempo de este tipo de medidas desalienta la inversión, todo el mundo está de acuerdo con eso. Ahora, alguien que analiza a la Argentina como posibilidad de inversión considera esto como un esquema de coyuntura. Las limitaciones en el mercado de cambio no las veo como una cuestión ideológica. Es una situación de tiempo. No se puede hacer magia y la crisis no se va a solucionar de un día para el otro. En el medio tienes que recurrir a estas medidas para que no se cree un problema mayor en lo inmediato.
¿Y regionalmente como ven la actividad en la zona minera del NOA?
Lo más positivo para Salta, Jujuy y Catamarca es que las compañías están pasando la etapa de proyectos de empresas juniors a grandes empresas y las tres provincias están dando la seguridad para eso. Las inversiones han alcanzado un nivel que garantiza la concreción de los proyectos incluso en los plazos. En juniors estaríamos hablando de un plazo de producción con más riesgo de 10 a 15 años. Hoy ese horizonte es mucho menor, pero es algo que aún tiene que confirmarse. Una cosa es tener un recurso y otra cosa es tener una mina funcionando. A veces uno se adelanta a las expectativas y el verdadero potencial está dentro de unos años y no ahora. Hay que nutrir al proyecto y cuidarlo por lo menos unos 5 años te diría. Pero Argentina tiene un liderazgo muy por encima de sus competidores en materia de litio. Las tres provincias encabezan las proyecciones de litio en el país y se señala a Argentina como el primer productor en el mundo.
¿Cuáles son los riesgos que se temen dentro de ese contexto favorable?
Hay que saber manejar esas expectativas y este proceso no debe trabarse. En cierta medida hay que poner el carro delante de los caballos. Argentina tiene una posición predominante para ser el productor número 1 en el mundo de carbonato de calcio de alta calidad que es muy difícil de producir. Pero no es el único país. Hay un montón de proyectos alrededor del mundo que nadie tenía en cuenta y que se volvieron atractivos. Perú, EEUU, África hablan del litio que antes no existía. No es que tengamos la producción puesta en el mercado, pero si se afloja la marcha hacia esa producción, entonces se puede perder esa posición predominante. Hay que tener mucha templanza para no cambiar las cosas que se hicieron bien.
El boom del litio surge por la necesidad de una modificación en la matriz energética por el cambio climático. Muchos acuerdos internacionales han fracasado en ese objetivo. ¿La actividad del litio no toma esto como un riesgo?
Cuando vos más rápido podés satisfacer la demanda de la industria de un determinado mineral es mejor. Quizás más adelante otras tecnologías resulten más rentables y la industria se moverá hacia ellas y entonces el litio pueda bajar de nuevo. El riesgo es menor pero todavía no se concretaron los acuerdos. Las automotrices han aceptado pasar a la electromovilidad, pero el motor de combustión sigue siendo el más utilizado. Entonces hay que tener una verdadera ratificación de la nueva matriz energética a nivel mundial, pero como industria tenemos la obligación de proveer esos insumos y aportar a este proceso de cambio para enfrentar este grave problema que afecta a la humanidad.
por Daniel Chocobar
FUENTE: EL TRIBUNO