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LITIO EN CHILE: EL ESTILO Y LAS REDES DE FRANCISCA PONCE, LA HEREDERA DEL LITIO EN CHILE Y NIETA DE PINOCHET

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Nieta del fallecido dictador chileno e hija de Julio Ponce Lerou, uno de los dueños de SQM, la segunda productora de litio del mundo, empieza a tomar la posta en el negocio familiar.

Foto: Francisca Ponce Pinochet en un seminario de BTG Pactual, el 19 marzo. Su padre, Julio Ponce Lerou, detrás de ella. ANDRES PEREZ (LA TERCERA)

Ocurrió el martes recién pasado. Eran cerca de las ocho y media de la mañana cuando Julio Ponce Lerou, el expresidente y uno de los principales accionistas de SQM, la segunda productora de litio del mundo, entró al salón de conferencias del hotel W en Santiago de Chile donde se realizaba el seminario anual del banco de inversiones BTG Pactual. Lo hizo acompañado de Francisca, la tercera de sus cuatro hijos, considerada la más cercana al empresario y a quien se apunta como su más probable sucesora.

Desde hace ya varios años que Julio Ponce no aparecía en eventos sociales. El empresario, exyerno del dictador chileno Augusto Pinochet —estuvo casado entre 1969 y 1991 con Verónica Pinochet, la tercera de los cinco hijos que el dictador tuvo con Lucía Hiriart—, dejó la presidencia de SQM en 2015 tras las presiones de los accionistas minoritarios luego de que explotara el caso de financiamiento ilegal de la política en el que se vio envuelta la empresa minera no metálica.

Luego, en 2018, tuvo que ceder el control de la compañía como condición para que el Estado extendiera a SQM el contrato de arrendamiento del Salar de Atacama, una de las principales reservas de litio del mundo, hasta 2031.

Bautizado como el rey del litio por Bloomberg, Ponce ingresó a la propiedad de SQM durante el controvertido proceso de privatización que se desarrolló en Chile durante la dictadura de su suegro y con los años fue consolidando su posición hasta transformarse en su controlador. Hoy se calcula que tiene alrededor de 25% de la empresa, lo que lo ubica como la cuarta fortuna de Chile, con 3.300 millones de dólares, según Forbes.

Hoy, en medio de las negociaciones entre la estatal chilena Codelco y SQM para explotar en conjunto el litio del Salar de Atacama hasta 2060, el empresario, a sus 78 años, empieza a preparar su sucesión. Sus cuatro hijos han participado o participan de las sociedades aguas arriba de SQM, conocidas como Cascadas. Pero es Francisca Lucía Ponce Pinochet (44 años, Santiago) —lleva el segundo nombre por su abuela materna— la que llega en una posición privilegiada.

Licenciada en marketing de la Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación, UNIACC, la tercera de los Ponce Pinochet empezó por voluntad propia a interesarse cada vez más en los negocios. Decidió estudiar un diplomado en administración de empresas en la Universidad de Berkeley y luego un MBA en la Universidad Católica de Chile, y empezó a involucrarse en las sociedades familiares con mayor injerencia desde 2017. Cuenta una persona que la conoce que en SQYA, la sociedad matriz, hizo un muy buen trabajo y llegó a transformarse en su gerenta general en 2021, cargo que dejó en 2023 cuando partió a vivir a Canadá. “Hizo una pega [trabajo] muy buena para reducir, simplificar y mejorar esa administración”, dicen.

Hoy se prepara para tomar un rol más protagónico. Todo indica que en la próxima junta de abril la heredera desembarcará en las cascadas como representante de su padre y no se descarta que asuma un rol más directivo. “Julio está organizando su sucesión”, dice una persona que conoce bien al expresidente de SQM, quien además explica que si Francisca llega a las cascadas podría perfectamente ejercer su rol desde Canadá, donde vive desde el año pasado.

“Es la que más ha trabajado siempre en la empresa aguas arriba en las cascadas y es un proceso en que la familia se va a integrando más a la administración financiera de los negocios”, afirma la misma fuente a este periódico.

En su nuevo papel, Francisca no entrará en los temas relacionados a la operación de SQM. Por ley, los directores de las sociedades cascadas no pueden tener acceso a información sobre el activo subyacente, en este caso la minera. Si eso sucediera, explica una persona que conoce cómo operan estas sociedades, sería considerado información privilegiada. Su papel será más bien la gestión financiera de las sociedades, que considera, por un lado, el pago de dividendos y, por otro, la reducción de la deuda que mantienen.

En su “estreno en sociedad” el martes pasado en el seminario de BTG, su padre la presentó a diversos empresarios y ejecutivos chilenos. “Me pareció muy simpática”, dice una de las personas que la conoció en esa oportunidad.

“Es una persona muy agradable que entiende sobre todo el aspecto financiero de las sociedades, pero no está enfocada en el conocimiento de SQM y sus negocios”, explica alguien que conoce las responsabilidades de los directores de estas sociedades.

Sus demás hermanos, según consigna un artículo de La Tercera, son Julio César, de 53 años, ingeniero comercial de la Universidad de Regis, quien pasa gran parte del año en Uruguay. El segundo es Alejandro Augusto, de 52 años, que vive en Chile y a quien se presenta como bachiller en ciencias de la agricultura; y Daniela, de 40 años, que estudió administración de servicios en la Universidad de Los Andes y que vive en Estados Unidos.

No le incomoda ser nieta de Pinochet

Nieta de Augusto Pinochet, Francisca creció en un país marcado por el régimen de su abuelo: ella nació a fines de los años 70, en la primera década de la cruenta dictadura que se extendió por 17 años, desde el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 1990.

Según pudo determinar la justicia chilena, además, el dictador malversó fondos públicos durante su mandato y escondió los dineros en cuentas secretas en diferentes bancos de Estados Unidos, entre ellos el Riggs, por lo que el caso es conocido hasta hoy con ese nombre: el caso Riggs. Pero, según quienes la conocen, nunca se ha incomodado de ser nieta de Pinochet y mantiene un buen recuerdo de sus abuelos.

Francisca tenía 27 años cuando murió Pinochet y 42 cuando falleció su abuela, Lucía Hiriart, en 2021. Ese mismo año, su madre María Verónica Pinochet, la tercera de los Pinochet Hiriart, rechazó la herencia y entregó a su hija Francisca el poder para tomar la decisión de si aceptar o no los fondos de su abuela, de muy polémico origen. Según consta en los registros del Poder Judicial, en agosto de 2022, los cuatro hermanos Ponce Pinochet repudiaron los dineros y Francisca asumió un mandato especial para cambiar esa resolución en caso de estimarlo pertinente.

Los padres de Francisca anularon su matrimonio en 1991 (en esos años aún no existía la ley de divorcio en Chile). Tenía solo 11 años, pero pese a la separación siempre fue muy cercana a su padre. Dicen que la escucha mucho, confía en ella y en sus decisiones.

Según un reportaje de La Tercera, cuando Francisca se mudó a Canadá el año pasado cedió la representación y gerencia de SQYA, Inversiones SQ, SQ Grand Cayman, las sociedades familiares aguas arriba de las cascadas, a Caterina Dalbora Papa. Es una persona de su confianza, exgerenta de una empresa de aeronáutica y e socia y administradora del restaurante La Mia Pappa, un local familiar de comida italiana que cerró en 2010.

Ella sería hoy una de las personas más cercanas a la empresaria que empieza a tomar poder dentro de los negocios de su familia.

Litigios, café y triatlón

De Francisca se sabe muy poco. Reservada, de pocos amigos –la conocen como Pancha–, es vista como una persona cercana. De bajo perfil público, la empresaria también ha incursionado en pequeños emprendimientos. Junto a su hermana Daniela entre 2015 y 2018 fueron dueñas de Mazzacone Coffee Bar & Pastry, una cafetería y pastelería gourmet ubicada en la acomodada comuna de Vitacura en Santiago. Fue un negocio reseñado en varias publicaciones gastronómicas en las que se aplaudía su estilo que incluía un espacio para mascotas, además de un emporio con productos para preparar café. Los pasteles eran horneados por Daniela, mientras que Francisca tomó a su cargo la administración.

Pero la tercera de los Ponce Pinochet también se ha visto envuelta en conflictos. En 2014, la comunidad indígena Llanquileo se tomó 147 de las 972 hectáreas del fundo El Pafu, ubicado en la comuna de Puyehue, en la región de Los Lagos, en el sur de Chile. Es un predio que está a nombre de la empresaria quien presentó una demanda en 1º Juzgado de Letras de Osorno, en el que reclamó que no existirían derechos ancestrales sobre esas tierras.

En octubre de 2023, la justicia acogió la acción judicial de Ponce y ordenó la restitución de las hectáreas usurpadas. Sin embargo, la comunidad apeló y actualmente el caso está alojado en la Corte de Apelaciones de Valdivia, en la región de Los Ríos.

En su tiempo libre, Francisca disfruta de la nieve y del deporte: en los últimos años empezó a entrenar para correr triatlones, una práctica que sigue desarrollando desde Canadá. Ahora, tras su llegada a las cascadas, empezará a trazar su otra carrera en el mundo de los negocios.

Si todo sale bien con el acuerdo entre Codelco y SQM para explotar el litio del Salar de Atacama —un pacto por el que el Gobierno de Gabriel Boric recibió críticas por su ala izquierda—, Francisca Ponce Pinochet podría convertirse en socia del Estado chileno y en una de las mujeres más poderosas en el incipiente y suculento negocio del denominado oro blanco.

Por Antonieta de la Fuente

FUENTE: EL PAÍS

 

 

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